Villa Alsacia

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El Cambio es Ahora.....

viernes, 16 de septiembre de 2011

ANATOMIA DEL PROBLEMA




Por:
ALBERTO MENDOZA MORALES


Cualquier empeño trascendental, en el orden huma­no, comienza por el planteamiento de un problema. Resolver problemas nos  conduce a bucear en las pro­fundidades de la realidad. Conocer la realidad es problemático. El más simple problema aritmético exige, para su solución, que esté correctamente planteado.

¿Qué es problema? Problema es cuestión dificultosa que incita a ser re­suelta. El problema tiene sustancia  y cuestión, conflicto y dificultad, reto y acción. El problema abarca amplísima gama, desde un problema matemático hasta un problema de actitudes, desde lo que asedia al individuo, hasta lo que fatiga a un pueblo entero.  El problema, en ningún caso, es cosa mala. Es oportunidad, estímulo, medio de crecimiento. Lo ofrece la vida para superarnos y crecer. Los problemas y sus escenarios son el gimnasio de los espíritus.

La solución del problema reclama escala, medida adecuada a la persona o grupo que lo experimen­ta. Si es de orden menor, pasará inadvertido y si para resolverlo, supera la capacidad del individuo o del grupo, lo desbordará; la estatura espiritual, mental y moral de una per­sona o de un grupo, se medirá por la dimensión del problema que sean capaces de resolver.
Los problemas son duales,  tienen dos caras, causa y efecto.   Existe la tendencia de reconocer los problemas sólo por sus efectos, rara vez por sus causas. Señalar efectos es relativamente fácil, identificar causas es difícil. Los problemas suelen ser presentados en forma de listados. Cuando el listado pasa de diez elementos, ya nadie entiende nada. En el seno de la realidad problemática se oculta un centro de gravedad: el foco.

Foco es punto donde los problemas encuen­tran causa, donde se densifican porque de ahí arrancan. Foco es luz, es clave descubierta, abre y deja ver la totali­dad de la problemática. El Foco es la piedra filosofal de los problemas. Hay focos menores, causas de cada problema; hay un Foco mayor, el que envuelve todas las causas, Foco sín­tesis, causa causarumde todos los problemas. Al estudiar los problemas hay que buscar el foco. De ahí sale la luz para resolverlos.

Aportó: PedroDUA

domingo, 4 de septiembre de 2011

LIDERAZGO Y SOCIEDAD


Alberto Mendoza Morales

Reflexión, diálogo, participación, apuntan hacia la claridad del ser. Claridad en el individuo, claridad en el gru­po. Mientras más oscura la situación que nos circunda, mayor será nuestro empeño por encontrar la luz que nos oriente. La claridad, como la virtud, se transmite. El inverso es igualmente válido. La confusión, como el error, tam­bién se transmite. En la actualidad, por falta de reflexión, estamos transmitiendo más confusión que claridad.

Nuestro propósito debe ser aclaramos y, desde nuestra claridad, iluminar el ámbito. Hay que reflexionar sobre el potencial de liderazgo en función del hombre, la sociedad y el Estado. Ahí sentimos la fuerza y el poder  del  estudioso disciplinado, de la persona de bien, ponderada y considerada. En este ámbito entran, el destino del hombre, la  función de la sociedad, el papel de académicos y uni­versitarios. En las agrupaciones humanas surgen personas notables, sobresalen, se elevan entre sus contemporáneos, adquieren calidad de arquetipos, sus singulares cualidades las distinguen de los demás. Su presencia  tiende a convertirse en paradigma.

El líder insurge. Lo mueve fuerza propia. Su generosidad, sus actividades constructivas, son condiciones que lo definen como persona  positiva e influyente. Orienta, crea confianza, entusiasma, motiva y anima a la acción en torno al logro de unos fines. Se hace sentir entre sus conciudadanos.  Muestra carisma, la gracia de los señalados. Tiene  empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Donde unos ven oscuridad, él  percibe luz, donde otros ven caos, él  advierte orden. Su claridad en los fines y su calidad humana,  atrae igual que la vela encendida atrae en las noches a las mariposas. El líder actúa sobre dos avenidas: la del edu­cador, modela generaciones, la del político,  conduce pueblos. Unas sociedades requieren estabilidad para consolidarse; otras, reclaman cambios para su­perar  conmociones internas. El líder es factor de estabilidad cuando la sociedad se agita en crisis y agente de cambio cuando discurre en campos de progreso.

La acción del líder en épocas de cri­sis es vital. En casos de cambio, el líder está por encima de las circunstancias que le rodean, señala nuevos derroteros, anuncia nuevas realidades, se ocupa en concretarlas. Aparece entonces con toda su fuerza su calidad de creador comprometido en el pro­ceso evolutivo de la humanidad. Ahí fructifica su capacidad de resolver problemas,  resplandece su capacidad de actuar y de guiar. El líder se legítima cuando rebasa las normas esta­blecidas y plantea en su sociedad una normatividad superior orientada a lograr una mejor calidad de vida. Las condiciones objetivas de la sociedad colombia­na señalan que la situación no está para mantenerla en los términos de violencia e irracionalidad  en que se encuentra pues se advierten en ella conductas ciertamente corruptas. La situación actual exige modificación, es mandato de la justicia, la decencia y la necesidad histórica.
Aportó: PedroDUA